jueves, 26 de octubre de 2017

Comprensión 7

LECTURA 7



Lee con atención el texto y responde a las preguntas.

Un sufí1 visitó cierta vez a un rey para aconsejarle sobre cuestiones de estado y los dos se hicieron buenos amigos. Al cabo de unos meses el sufí dijo:
—Ahora debo continuar mi camino para trabajar en privado entre la gente más modesta de tu reino, vivir en la pobreza y a muchos kilómetros de aquí. El rey lo instó a que se quedase, pero el sufí le aseguró que tenía que cumplir con su deber.
—¿Cómo permaneceré en contacto contigo? —preguntó el rey.
El sufí le entregó una carta y dijo:
—Si alguna vez recibes noticias increíbles sobre las frutas de tal y tal provincia, abre esto. Entonces mi trabajo habrá concluido y a ti te quedará algo por hacer.
El sufí viajó a su destino y vivió allí como un hombre del lugar, llevando a cabo sus funciones de acuerdo con la ciencia derviche2. Algunos años después, cierto hombre, pensando que el sufí tal vez tenía una cantidad de dinero acumulada, le mató; pero todo lo que encontró fue un paquete cuyo envoltorio decía: «Semillas de manzanas gigantes». Sembró las semillas y al cabo de un tiempo, sorprendentemente breve, su jardín se llenó de manzanos que daban frutas tan grandes como la cabeza de un hombre. La gente empezó a reverenciar al asesino por creerlo un hombre santo; ya que, ¿quién podría llenar su huerto en cuestión de días, en pleno invierno, de árboles que produjesen frutas de semejante tamaño? Sin embargo, el asesino no se daba por satisfecho con esta adulación, y reflexionó: «Si no conseguí dinero del hombre que asesiné, esta es mi oportunidad. Llevaré las manzanas al rey y sin duda él me recompensará». Después de muchas dificultades fue llevado ante el monarca y dijo:
—Majestad, traigo en un cesto una manzana del ta maño de la cabeza de un hombre la cual he cultivado en pocos días, en pleno invierno en tal y tal provincia —dijo el asesino.
Al principio el rey se maravilló del tamaño de la manzana; luego recordó la carta del sufí. Pidió que se la trajesen de la cámara del tesoro donde había sido guardada y la abrió. La carta decía: «El hombre que cultiva manzanas gigantes, por grande que sea el respeto que haya conseguido con ello, es mi asesino. Que ahora se haga justicia».
«Manzanas gigantes», en Cuentos de Oriente para niños de Occidente, Sufí.
1 Sufí: partidario o seguidor del sufismo, una doctrina mística del islam;
2 derviche: miembro del grupo religioso ascético sufí, que vive como mendigo y en la pobreza.

Comenta la lectura
1 ¿A quién visitó el sufí? ¿Sobre qué le aconsejó?
2 ¿Qué le entregó el sufí al rey? ¿Cuándo debía el monarca abrir la entrega?
3 ¿Qué le ocurrió al sufí unos años después?
4 ¿Qué encontró el asesino del sufí? ¿Qué hizo con lo que encontró?
5 ¿Qué pensó la gente del lugar sobre el asesino?
6 ¿Para qué fue el asesino a ver al rey?
7 ¿Qué recordó el rey al ver la manzana? ¿Qué descubrió entonces?

Descubre su estructura

8 Resume el planteamiento y el nudo del cuento.
9 ¿Cuál es el desenlace del cuento? ¿Crees que está completamente cerrado? ¿Por qué?


Trabaja con las palabras

10 Explica por qué llevan tilde o no las siguientes palabras del texto: sufí, kilómetros, deber, después, carta, jardín, cámara.
11 Escribe dos oraciones en las que la palabra polisémica cámara tenga distinto significado.
12 Escribe dos palabras de la misma familia léxica de cada una de las siguientes: consejo, camino, carta, jardín.

Reflexiona sobre el texto


13 El afán de notoriedad llevó al asesino del sufí a que le descubrieran. Intenta imaginar cómo sería la historia que has leído en nuestros días. ¿Qué crees que hubiera hecho el asesino con las manzanas para conseguir fama? ¿Crees que también en nuestra sociedad hay personas que intentan aprovecharse de los méritos de otros para hacerse famosos?

Las estrofas

Las estrofas Las estrofas se clasifican según el número de versos, el número de sílabas de cada uno de ellos y su rimas: